martes, 15 de julio de 2014

Solo soy yo si estoy contigo.

Los días pasan, las horas pasan y, así y como pasan los minutos, me estoy acordando de ti. Me estoy acordando de ti en todos y cada uno de los minutos de mi vida, porque desde que apareciste en ella me has dado algo que nunca me ha dado nadie: felicidad. Es cierto que son doce días, no es para tanto pensarán algunos, pero para mí es una eternidad, me he acostumbrado a ti, a tus abrazos, a tus besos, a cada una de tus risas y a todas tus historias.

Si pudiera pedir un deseo sería que siempre estés en mi vida, que a pesar de cualquier adversidad nunca te sueltes de mi mano, que detrás de cada lágrima venga la más larga sonrisa. Que no voy a olvidar todas nuestras tardes en Sol, o cómo intento coger el mismo tren que tú y luego me equivoco, cómo me intentas dar un beso y luego te quitas para hacerme de rabiar, o tu preciosa sonrisa cada vez que nos vemos. Que sé que no soy el más perfecto pero, créeme, nadie te quiere ni nadie te querrá nunca como lo hago yo.

Todavía no me he ido y ya te echo de menos, que van a ser muchos los kilómetros que nos separen, pero siempre voy a estar para ti, siempre voy a estar contigo. Gracias, gracias por todo lo que me aportas, lo que te voy a echar de menos no está escrito, y sé que cuando leas esto vas a estar recién despierta, pero no se me ocurría una mejor manera de despedirme y demostrarte cómo te quiero y cuánta falta me haces.

Porque solo soy yo si estoy contigo.

Te quiero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario