Nos habíamos prometido una vida entera, tú junto a mí, yo
junto a ti, pero todo eso desapareció. Desapareció para siempre.
Maldita sea la vida que hace que todo cambie tan
inesperadamente, ahora solo nos quedan los recuerdos, todo los momentos
vividos, todas nuestras conversaciones, todas nuestras risas y todos nuestros
llantos.
Llegaste a entenderme como nadie lo había hecho, y a pesar de tu
perdón decidí tirar todo por tierra. Puede que fuera un acierto, pero puede que no, te obligué a
que me olvidaras, pensando que para mí sería mucho más fácil, pero, ¿por qué
diablos no era consciente de que cuando una persona significa tanto para ti te
queda marcada de por vida?
No hay un solo día en el que no recuerde lo importante que
fuiste para mí, y es que al fin y al cabo, nunca he tenido una amistad tan
sincera, tan bonita y tan real como la que tuve contigo. Por eso hoy, aunque nos hayamos convertido en dos extraños que se conocen a la perfección, te echo de menos.